“La educación es el pasaporte hacia el futuro”

¿qué pasa cuando las fronteras se vuelven fenómenos domésticos y el futuro es indefinible?
Desde siempre han existido críticas a los sistemas educativos. Pero sobre todo este es un momento que pone en tela de juicio las estructuras de formación y qué tan al tanto se está al respecto de su funcionalidad.
Cabe aclararse la gran falla que desvela, los miles de niños que sufren la clausura escolar por depender de estas instituciones para alimentarse. Dicho esto, el paradigma actual y el objetivo del análisis, es el replanteo tanto de la pedagogía pública como el del rol de las familias.
El repentino perfil del contexto ha tomado desprevenidos a centenas de padres que no logran llevar a cabo la enseñanza, sobre todo en el caso de los infantes. Poniendo en perspectiva el rol de los profesores, y quizá una reconsideración de su valor. Pero del otro lado de la moneda se revelan los verdaderos niveles de formación en cuanto a disciplina y conocimiento.
Muchos encuentran, no solo que sus hijos son realmente dependientes de los apoyos escolares que les brindan los tutores, y por lo tanto carecen de la capacidad de emplear tareas por si solos (excluyéndose aquellos en situaciones de necesidad pedagógica especial). Esto trae inevitablemente el cuestionamiento de la estructura en la que están inmersos los estudiantes, y lo desconocida que es para los padres.
Dado que la familia es la primera escuela, y que muchas ni siquiera logran el control de estas mismas, aún mayor será el incognito de: ¿qué tan a ciegas hemos confiado en las instituciones educativas? Este planteo renueva la conversación sobre cuán dependiente se han vuelto las familias de estas instituciones.
Se ha logrado una reciproca pelea de culpas, se etiquetan a los jóvenes como carentes de educación, pero no se logra identificar al responsable. Aún más preocupante es, si se considera que cualidades tales como la disciplina, valores morales y creencias deberían ser fruto de un núcleo familiar, y no de un programa de estudios o una institución pública.
La educación se debe defender, delimitar y replantear, pero desde las familias, detalle que a la generación de padres actuales se les ha escapado.
Escrito por Abril Trankels