CULTURA TRIBUTARIA Y CEREBROS DESÉRTICOS
Aquel que no conoce es el más ágil en presumir, prejuzgar y volverse objeto de manipulación.
Existe un vacío pedagógico en varios países, la educación cívica. Son pocas las ocasiones en las que un alumno de nivel secundario es instruido sobre deberes, y obligaciones básicas. En este caso se tomará perspectiva de la carencia de “educación tributaria”.
Sería interesante partir del “relato cultural”, el cual afirma que la mayoría de los jóvenes tienden a defender la propiedad privada, el valor de trabajo y el esfuerzo; recién a partir de su inserción al mundo laboral. Por más incomprobable que sea esta estimación, no puede negarse que el sector social al que hace referencia; poco y nada sabe sobre impuestos.
Previo a etiquetar a la juventud por poseer ideas revolucionarias; no importa la diversificación política, son casi nulos los estudiantes que gracias a los planes de estudios aprenden sobre lo que luego se les demandará como civiles.
Por un lado, resulta conveniente para aquellos estados de gran gasto público, gobernar a una población desinformada sobre por qué se le impone cierta “contribución”. Esta es una clara prueba de la poca practicidad que muchos sistemas de educación suponen. Es así que se los prepara para ser irresponsables, o manipulables. Porque otra excusa no hay para introducir a un ciudadano de 18 años a un sistema tributario de “jaulas de acero” como Max Weber diría, sin la capacidad de poder confeccionar un análisis propio al respecto.
No debe desestimarse la oportunidad que conlleva un plan de estudios que comprenda los aspectos mencionados. Estos contenidos desde ya, no deben ser dirigidos a alumnos en sus primeros años, y en ninguna circunstancia se los debe rellenar de valoraciones ya sean favorables o peyorativas. Sin la manipulación o adoctrinamiento, es probable que aquellos estudiantes que entienden el sistema, y no solo atienden a él; reconozcan cuando este mismo atente contra sus libertades. Pero para esto es necesario una educación en lo crudo, sin terminologías o ideologías camufladas.
Aquellas ideologías partidarias de altos controles y tasas elevadas de impuestos para el sector privado, obviamente, no serán erosionadas por lo sugerido. Pero sería desestimar la facultad prima del estudiante suponer que este no puede siquiera incorporar conceptos, permitiéndole la libre interpretación de los mismos. Cultivar valores y posturas no debería ser producto de imposiciones ideológicas sino, fruto mismo de las realidades enseñadas. Y el sistema tributario no es la excepción.
Escrito por Abril Trankels.